¿Se puede obtener imágenes plenas de luz en una noche de campo?
No todo lo que está afuera es capaz de ser visto por el ojo humano. Esencial en la función de ayudarnos a conocer el mundo, es un órgano que percibe la luz y, ayudado por otras estructuras fisiológicas, le sirve en bandeja al cerebro la información que tiene en un cierto radio frente a sí. Adaptado a la vida diurna, hay cosas que se le escapan por las noches, cuando las condiciones lumínicas son insuficientes.
La cámara fotográfica, por su parte, tiene un mecanismo que sí le permite crear imágenes vívidas a partir de cantidades mucho menores de luz ambiente. El último jueves, junto a alumnos y alumnas de distintos talleres, realizamos una salida nocturna en las que creamos fotografías con escasa luz y una estética muy particular que dejamos a continuación para que las disfruten.
Fuimos un par de decenas quienes participamos de la experiencia que tuvo lugar en el pueblo de Uribelarrea, en Cañuelas, provincia de Buenos Aires. Una vez llegamos a la vieja estación de trenes, nos adentrarnos en su pequeño bosque munidos apenas con linternas y el objetivo de capturar algunos paisajes, primero, con la luz que había y, luego, con algunas intervenciones realizadas con las linternas y lámparas de colores.
Más tarde, nos retiramos aún más, lejos del casco del pueblo, para encontrarnos con las protagonistas de la noche: las estrellas. Con las nubes apartadas por completo de la escena, realizamos tomas del cielo, el horizonte y los árboles de larga data para recrear imágenes profundas, cargadas de detalle y sorprendentemente colmadas de luz.
Los resultados nos sorprendieron a todos por igual, como lo hacen año a año. Y no nos cansamos de ello. Con esta recorrida, dimos por concluido el ciclo de escapadas del Fototaller Monte Grande para el 2023 pero no así nuestros encuentros. Esperamos a todos y a todas en nuestra muestra anual de cierre.
